Encrucijada de caminos
La historia de Ciudad Rodrigo se entiende por su situación geográfica, a tan solo 25 km de la frontera con Portugal y a
86 km de la capital de provincia, Ciudad Rodrigo, siempre se ha encontrado en una encrucijada.
Hubo tiempos en que su ubicación estratégica fue positivo para su comercio y evolución como plaza, pero hubo otros, en los que simplemente recibía todos los palos. Fue escenario de guerras entre cristianos y musulmanes, entre portugueses y castellanos, entre ingleses y franceses y en medio estaba esta ciudad monumental que veía como sus joyas iban siendo destruidas por cuestiones políticas que a veces le concernían y otras, no tanto.
Ciudad Rodrigo fue posiblemente fundada por el pueblo vetón, lo único que se conserva de esa época es el verraco situado en la Plaza del Castillo. Después pasaron los romanos, que la englobarían en la provicia de Lusitania. Del paso de los romanos se conserva fundamentalmente las Tres columnas, símbolo de la ciudad como se puede observar en su bandera.
El rey Alfonso VI de León la reconquista y es por entonces cuando el Conde Rodrigo González Girón le da su nombre tras reconstruir y repoblar la zona. Con Fernando II de León, biznieto del anterior, la ciudad se fortifica y adquiere una serie de privilegios que la convierten en una plaza fuerte del reino contra los portugueses y los musulmanes.
Durante los siglos XV y XVI Ciudad Rodrigo vive momentos de esplendor y estabilidad político-económica lo que le permite construir tanto edificios civiles como religiosos como la Capilla de Cerralbo o lo que hoy en día es el Ayuntamiento.
En 1944, fue declarada Conjunto histórico-artistico gracias a sus murallas; al Castillo de Enrique II de Trástamara, actual Parador Nacional; la Catedral de Santa María; la Casa de la Cadena; la Casa de los Vázquez…
Hoy en día Ciudad Rodrigo es visitada al año por unas 30 000 personas encadiladas por su historia, su cultura, su gastronomía y sus fiestas.
Amelia Fdez. Valledor