Recorrido por las Aldeas Históricas de Portugal
Bajo la denominación turística de Aldeas Históricas de Portugal se engloban 12 poblaciones (Almeida, Belmonte, Castelo Mendo, Castelo Novo, Castelo Rodrigo, Idanha-a-Velha, Linhares da Beira, Marialva, Monsanto, Piódao, Sortlha y Trancoso) situadas en el centro del país, que durante siglos han sido testigos de disputas religiosas, guerras o cambios de mano entre España y Portugal.
Para conocer estas villas, Aldeas Históricas, propone una serie de rutas de gran y pequeño recorrido que se pueden realizar tanto a pie como en bicicleta. Sea cual sea la opción escogida, en este artículo hablaremos de tres de las poblaciones que no hay que perderse.
Empezamos nuestro recorrido por Almeida, situada a escasos 50 km de Ciudad Rodrigo (Salamanca). Gracias al Tratado de Alcañices firmado en 1297 entre el rey Fernando IV de Castilla y el rey Dionisio I de Portugal, esta población junto con Castelo Bom, Castelo Melhor, Castelo Rodrigo, Monforte, Sabugal, Sastres y Vilar Maior, pasó del Reino de Castilla al de Portugal, formando así una de las fronteras más longevas establecidas en el continente europeo.
La importancia defensiva de esta plaza motivó la expansión urbana e institucional destacando el antiguo Cuartel de Artillería, el Hospital de la Misericordia y por supuesto la fortaleza barroca de planta hexagonal, que se puede recorrer de punta a punta, en donde hoy se encuentra el Museo Militar.
La siguiente población que no debemos perdernos es la de Belmonte, situada en el corazón de Cova da Beira y con una amplia vista sobre la vertiente oriental de la Sierra de Estrella. El rey Sancho I le concede el fuero en 1199, pero no es hasta el nuevo fuero que le concede el rey Manuel I en el siglo XV, cuando la ciudad empieza a vivir su gran esplendor. Pasando de ser una población rural y ganadera a una mas comercial gracias a los judíos asentados en la ciudad y a los expulsados por los Reyes Católicos en 1492. Además, Belmonte, es conocida por ser el pueblo natal de Pedro Álvares Cabral, descubridor de Brasil en 1500. Hoy en día uno de sus grandes atractivos consiste en pasearse por las calles del barrio judío, el cual sigue albergando una importante comunidad judía sefardí.
Por último, visitamos Piódão, una singular población que se encuentra escondida en una verde ladera de la sierra de Açor. La singular orografía de la zona en bancales hizo a los lugareños adaptarse y construir sus casas en disposición de anfiteatro sobre los bancales. Llama la atención el contraste de colores entre el verde de las laderas, el negro de las casas de mampostería de piedra de esquisto y el azul de sus puertas y ventanas, pintadas así por consenso popular, creando aún más, la sensación de no estar en un pueblo cualquiera. Lo mejor para conocer Piódão es perderse por sus estrechas, escarpadas y sinuosas calles que forman recovecos en una estructura de malla cerrada. Desde 1978, Piódão está catalogada como Inmueble de Interés Público.
Amelia Fdez. Valledor