Perteneciente al Sistema Central, la sierra de Guadarrama sirve de frontera natural entre las provincias de Madrid y Segovia y también divide las cuencas del Tajo y del Duero. Esa división es la que le dió su nombre latino de Aquae dirrama > guaderrama (divisora de aguas) y que con el tiempo los árabes adaptarían a su lengua como Guadarrama.
Desde la Edad de Bronce se tiene constancia de asentamientos humanos en ambas vertientes de la sierra. Durante la Reconquista la barrera natural de la sierra fue el escenario de combates entre los reinos cristianos del norte y los árabes del sur. Hoy en día podemos disfrutar de hermosas ciudades amuralladas que datan de esa época como Buitrago de Lozoya o Pedraza.
El interés estratégico de la zona continuó y fue, de vital importancia en la Guerra de Independencia y en la Civil, dejando esta última, trincheras y casamatas a lo largo de la línea de cumbres.
Olvidando su pasado bélico, la sierra comenzó a adquirir importancia medioambiental a mediados del siglo XIX, gracias a la Institución Libre de Enseñanza (ILE) que influida por corrientes europeas comienza a valorar la sierra desde un punto de vista educativo y de esparcimiento. Así, comenzaron los esfuerzos por conseguir protección a los montes, bosques y animales que allí habitaban.
En 1930 se declaró Monumento Natural de Interés Nacional de la Peña del Arcipreste de Hita, 55 años después se crea el Parque regional de la cuenca alta del Manzanares que protege desde los Siete Picos hasta La Pedriza y por último en 1990 se crea el Parque Natural de Peñalara, todas estas protecciones confluyen en la creación en 2013 del deseado Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama no exento de polémicas que perduran hasta nuestros días.
Peñalara y La Pedriza
Cuando hablamos de la Sierra de Guadarrama las dos imágenes que se nos vienen a la mente son La Pedriza con sus singulares formas y Peñalara con su pasado glaciar.
La primera consta de una serie de picos y riscos de sinuosas formas gracias al desgaste que el tiempo ha dejado en su piedra granitica dando lugar a una elevada diversidad geomorfológica como pilancones, marmitas, taffonis, alveolos, balmas, berrocales…
Mientras que la segunda, es el pico más alto del Parque Nacional con 2 428 metros, además Peñalara se caracteriza por sus formaciones glaciares, las mejores conservadas de la sierra. De todo su pasado glaciar hoy en día podemos disfrutar de sus circos convertidos en grandes canchales o en sus diversas y pequeñas lagunas.
Flora
El Parque Nacional de la Sierrra de Guadarrama alberga 8 de los 27 sistemas naturales que se representan en la Red de Parques Nacionales.
Dependiendo de la vertiente en la que nos encontremos podremos ver diferentes tipos de flora, pero también debemos tener en cuenta la altura en la que que nos encontremos. Ya que si estamos en la cumbre o en sus cercanías, el paisaje será de bosques de pinos silvestres, helechos o arbustros rastreros como piornos y enebros. A medida que vamos bajando vamos encontrando robledales negros, abedules e incluso encimas por debajo de los 900 metros.
Y si nos fijamos en el suelo, veremos la gran riqueza micológica, con setas como la bonita pero venenosa Amanita muscaria o comestibles como las setas de cardo, rebozuelos, níscalos…
Fauna
La fauna que puebla la Sierra de Guadarrama es amplia y variada, el visitante si está atento, podrá disfrutar de la majestuosidad del buitre negro, el ave de mayor evergadura de Europa, del buitre leonado o del águila imperial ibérica, endémica de la península. Tanto el buitre negro como el águila imperial se encuentran todavía en peligro de extinción a pesar de los esfuerzos de conservación llevados a cabo.
Si bajamos la vista de los cielos, podemos encontrarnos con algunas de las 61 especies de mamíferos inventariadas en el Parque Nacional como el corzo, habitual en casi todos los hábitats de la sierra; la cabra montés, introducida de nuevo en los años 90, pero también con anfibios como la rana patilarga, reptiles como la culebra lisa europea, peces como la trucha o una inmesidad de invertebrados.
Actividades
En el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama en sus 33 960 hectáreas los visitantes podrán practicar senderismo con mayor o menor dificultad, rutas en bicicleta, rutas geológicas, botánicas u ornitológicas. Además, si les gusta la escalada podrán practicarla en las numerosas paredes que hay en el parque, no olvidemos que desde los inicios del montañismo la zona se convirtió en una escuela de fama internacional. En los meses de invierno, los visitantes tendrán la opción de practicar esquí nórdico, raquetas de nieve, snowboard o simplemente tirarse en trineo en las zonas marcadas para ello.
Por otro lado, si el visitante tiene otros intereses más allá de la naturaleza, tendrá amplias opciones tanto en la vertiente segoviana (Pedraza, Palacio Real de La Granja de San Ildefonso…) como en la madrileña (Monasterio de Sta. Mª de El Paular, Castillo Nuevo de Manzanares el Real, etc.).
Amelia Fdez. Valledor