Tierra templaria
Para comprender en profundidad la idiosincracia del Maestrazgo tenemos que remontarnos a los asentamientos musulmanes del Califato de Córdoba en la zona.
Con la idea de luchar y echar a los invasores, el rey Alfonso I entregó a la Orden del Temple un tercio de Aragón. Posteriormente Ramón Berenguer IV y sus sucesores hicieron concesiones tanto a los templarios como a sus sucesores, la Orden de San Juan, de tierras, bienes y localidades como Mirambel, Cantavieja, Castellote, la Iglesuela del Cid… Estas localidades conservan en sus conjuntos históricos vestigios de su pasado templario como la Torre de los Nublos en la Iglesuela del Cid, la antigua muralla y casas-palacio en Villarroya de los Pinares y el precioso conjunto amurallado de Mirambel que ya en 1982 recibió el premio de Europa Nostra, el más prestigioso galardón mundial otorgado a proyectos destacados en la defensa del patrimonio cultural europeo. Mirambel fue la primera localidad de España que recibió este reconocimiento, compartido en la edición del 82 con proyectos tan importantes como la restauración del Palacio Bollani de Venecia o la revitalización del centro histórico de la localidad inglesa de Chesterfield.
La naturaleza del Maestrazgo
Pero volviendo a la Comarca del Maestrazgo, hay que recordar que el Maestrazgo es algo más que historia, es un conjunto natural situado en el sistema ibérico turolense, en donde sus paisajes nos envuelven y nos transportan siglos pasados, donde no había ni smartphones ni redes sociales, simplemente una naturaleza que nos arropa y nos asombra en cada paso.
Cabe destacar los Órganos de Montoro, los Ojos del río Pitarque o las Grutas de Cristal, tres de los cinco monumentos naturales de la comarca, palabras mayores.
Si nos gustan las actividades relacionadas con la naturaleza, la Comarca del Maestrazgo nos ofrece una amplia variedad de posibilidades como la ruta por los Ojos del Pitarque. Una bonita excursión a lo largo del curso del río del mismo nombre, el cuál gana en belleza y espectacularidad si realizamos la excursión tras un período de fuertes precipitaciones para poder observar la caída del agua por la “chimenea”.
También podemos visitar las Grutas del Cristal, descubiertas en 1961 por espeleólogos del club de ski Puigmal de Barcelona en colaboración con vecinos de la localidad, las cuáles son un complejo sistema kárstico, compuesto por una red de salas y galerías subterráneas muy peculiares por su forma.
Y para terminar, podemos detenernos a contemplar los Órganos de Montoro, conjunto natural conformado por una gran cantidad de agujas calcáreas de más de 200 metros de altura, adosadas al monte. Recibe este nombre por el parecido a los tubos de un órgano.
Amelia Fdez. Valledor